martes, 5 de abril de 2011

CONVOCATORIA DE LA JUNTA PERMANENTE DE YAUTEPEC


CONVOCATORIA DE LA JUNTA PERMANENTE
DE YAUTEPEC
Septiembre 6, 1914


La Junta Permanente de éste pueblo que continuamente ha encabezado reclamando sus derechos en tierras, aguas, minas y montes y de mutuo socorro, desea reanudar sus trabajos haciendo un llamamiento a sus correligionarios y más adictos, a una Junta Provisional que tendrá lugar el día 6 de Septiembre en la casa Núm. 26 de la calle la de Riva Palacio del barrio de Santiago de ésta Ciudad.
REFORMA, LIBERTAD, JUSTICIA Y LEY.
Yautepec, septiembre 6 de 1914
LA MESA DIRECTIVA.
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Fuente:
Laura Espejel, Alicia Olivera y Salvador Rueda. Emiliano Zapata. Antología.
Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM),
México, 1988. P. 231. (AGN, Fondo Genovevo de la O, Caja 19, Exp. 10, s.f.)

CARTA DE EMILIANO ZAPATA A FRANCISCO VILLA


CARTA DE EMILIANO ZAPATA
A FRANCISCO VILLA
Cuartel general en Yautepec, Agosto 25, 1914

Sr. general Don Francisco Villa
Chihuahua
Muy estimado general y buen amigo:
Confirmo mis cartas anteriores de fechas recientes y nuevamente manifiesto a usted que ha llegado el momento solemne de que el gobierno provisional de la república se establezca y ahora más que nunca debemos tomar empeño para que los ideales del pueblo mexicano, que están bien definidos en el Plan de Ayala, no sean burlados, pues que el gobierno provisional debe ser netamente revolucionario para garantía de la causas del pueblo que es el Plan de Ayala, pues nada más justo que el presidente provisional sea electo por votación directa de todos los jefes revolucionarios del país, tal y como lo dispone el artículo doce del Plan de Ayala, porque de no ser así esté usted seguro que la guerra continuará según dije a usted antes en otra correspondencia, si mal no recuerdo fue el día 19 de enero del presente año, lo mismo que por la carta que dirigí al señor general Lucio Blanco, de la cual adjunto copia, verá usted que los sostenedores del Plan de Ayala, estamos dispuestos a que la guerra siga hasta su fin si alguien pretende pisotear los intereses del pueblo, burlando el programa revolucionario definido en el Plan de Ayala.
Yo confio en su patriotismo, pues siempre le he considerado buen patriota, que se preocupa por el bienestar del pueblo y nunca jamás por que una o dos personas se aprovechen y lucren a la sombra de la revolución.
Nuestro mutuo amigo el señor general Magaña, hablará a usted extensamente sobre los adelantos de esta gran revolución popular, que hace varios años estalló con un puñado de hombres y ahora cuenta con más de sesenta mil máuseres en manos de soldados patriotas, que están prontos a sacrificarse en aras de la bandera que defienden antes que permitir que sea burlada.
Sin otro particiular de momento y deseando que usted se conserve bien, me repito su afmo. atto. amigo y seguro servidor.
Emiliano Zapata.

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Fuente:
    Emiliano Zapata. Cartas. Ediciones Antorcha, México, 1987, p. 51-52 (Recopilación realizada por Chantal López y Omar Cortés)

CARTA DE EMILIANO ZAPATA AL GENERAL ABURTO LANDERO


CARTA DE EMILIANO ZAPATA AL
GENERAL ABURTO LANDERO
Cuartel General en Yautepec
, Agosto 25, 1914


EJERCITO LIBERTADOR DE LA REPUBLICA MEXICANA.
Cuartel Gral. en Yautepec, Morelos,
agosto 25 de 1914.

Señor Gral. Aburto Landero. Ishuatlán, Ver.
Muy estimado señor general y amigo:
Por correligionarios estoy enterado de que con empeño ha luchado usted en favor del problema agrario bien definido en el Plan de Ayala y con mucho empeño ha repartido usted grandes extensiones de terreno en las regiones donde ha operado, por lo que sinceramente felicito a usted y a sus compañeros de armas.
Ha llegado la hora de que todos los que nos preocupemos por el bienestar del pueblo, tomemos empeño para que el Gobierno Provisional que se constituya, sea netamente revolucionario por que de esa manera será garantía para la causa revolucionaria que se defiende, pues nada más justo que todos los revolucionarios de la República tengamos derecho a elegir en votación directa al Presidente Provisional que deba regir los destinos de la Nación, tal y como lo dispone el artículo doce del Plan de Ayala, pues esté usted seguro que si no se obra en esta forma no habrá paz en la República por que la guerra tendrá que continuar para vencer por medio de las armas a los enemigos que con careta de revolucionarios pretendan burlar las esperanzas del pueblo mexicano.
Espero que el patriotismo de usted le inspirará a secundar mis ideas, sosteniendo el Plan de Ayala con las armas en la mano. Saludo a usted y le deseo se conserve bien.
Soy de usted afmo. atto. S. S. y amigo.
El General
[Emiliano Zapata. ]
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Fuente:
    Caja 17, Exp.3, F. 71 Documentos Inéditos sobre Emiliano Zapata y el Cuartel General. Seleccionados del Archivo Genovevo de la O, que conserva el Archivo General de la Nación. Comisión para la Conmemoración del Centenario del Natalicio del General Emiliano Zapata. México, Primera edición 1979, p. 113-114.  La selección de documentos fue realizada por Mirta Rosovsky con la colaboración de Guadalupe Tolosa y Laura Espejel, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

CARTA DE EMILIANO ZAPATA A ANTENOR SALA


CARTA DE EMILIANO ZAPATA
A ANTENOR SALA
Cuartel general en Yautepec, Agosto 24, 1914

REPÚBLICA MEXICANA.
EJERCITO LIBERTADOR.
Cuartel General en Yautepec, Morelos, agosto 24 de 1914.
Señor Antenor Sala.
México. D. F.
Muy estimado señor:
Recibí la atenta carta de usted de fecha 18 del actual y en respuesta manifiesto a usted que: se presentó en este Cuartel General de la Revolución del Sur, el señor Líc. José Ferrel, y fué despachado, recomendándole que ayudase usted con dinero y él con su inteligencia, para fundar un periódico que espontáneamente hiciera labor en favor de la Revolución del Sur, haciéndole justicia y que hablara sobre la cuestión agraria.
Siento manifestarle que para resolver el problema agrario no puedo aprovechar sus servicios, porque ese problema está ya planteado en el Plan de Ayala y sus decretos adicionales.
Sin otro particular por el momento, soy de usted afmo. atto.
El General Emiliano Zapata
(rúbrica)

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Fuente:
    Antenor Sala. Emiliano Zapata y el problema agrario. 
    Imprenta Franco-Mexicana. México, 1919. p. 14
      Emiliano Zapata. Cartas. Ediciones Antorcha, México, 1987, p. 65 (Recopilación realizada por Chantal López y Omar Cortés)
        Gildardo Magaña. Emiliano Zapata y el Agrarismo en México. Tomos I a V. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. México, 1a ed. 1937. Edición facsimilar 1985. Tomo III. p. 298-299.

      CARTA DE EMILIANO ZAPATA A LUCIO BLANCO


      CARTA DE EMILIANO ZAPATA
      A LUCIO BLANCO
      Cuartel general en Yautepec, Agosto 23, 1914

      Sr. general Don Lucio Blanco
      México, D.F.
      Muy estimado señor general y buen amigo:
      He recibido a su enviado de usted, el señor Ramón R. Barrenechea, quien me expuso de una manera verbal los deseos de usted de que los ejércitos se unan y que se llegue a un acuerdo satisfactorio para que termine la guerra, a lo cual contesto para conocimiento de usted lo que sigue:
      La revolución que sostiene el Plan de Ayala está dispuesta a entrar en arreglos con los constitucionalistas y que se llegue a un acuerdo satisfactorio, pero que esos arreglos se ajusten estrictamente a los principios contenidos en el Plan de Ayala, mediante las siguientes bases:
      Primera.- Que el señor Venustiano Carranza y jefes del norte se adhieran al Plan de Ayala, firmando su acta de adhesión.
      Segunda. Que el presidente provisional de la república sea electo en una convención que formen todos los jefes revolucionarios de la república tal y como lo dispone el artículo doce del expresado Plan de Ayala.
      Tercera.- Que los elementos revolucionarios del norte y sur de la república designarán las personas que formen el gabinete del presidente interino y que los secretarios del mismo duren en sus funciones todo el interinato, debiendo tener amplias facultades y obrar libremente los de Agricultura, Fomento, Gobernación, Justicia e Instrucción Pública, así como también que en cualesquiera circunstancias aquéllos serán removidos de acuerdo con los principales jefes del sur y norte de la república.
      Cuarta.- Que el ejército del norte permanecerá en la zona que domina, y que el ejército del sur militará también en la región que ocupa.
      Quinta.- Que las hostilidades quedarán rotas con la sola violación de cualquiera de las cláusulas o bases mencionadas anteriormente.
      Estas son las condiciones para que cese la guerra y las pondrá usted a consideración de sus compañeros, a efecto de que, para bien de la patria, quede solucionado el conflicto, porque los sostenedores del Plan de Ayala estamos dispuestos a no transigir en lo absoluto, y crea usted que apenas obramos con toda justicia, pues no se trata de asuntos particulares, sino del porvenir del país, y de no hacerlo así, ¿qué cuentas rendiría yo a los pueblos que tanto se han sacrificado para sostener esta lucha?
      Espero que el patriotismo que lo anima le inspirará a secundar mis ideas sobre este asunto de tanta trascendencia.
      Deseo a usted todo género de felicidades y que se conserve bien.
      Su afmo. atto. amigo y seguro servidor.
      Emiliano Zapata.
      .
      Fuente:
        Emiliano Zapata. Cartas. Ediciones Antorcha, México, 1987, p. 56-57 (Recopilación realizada por Chantal López y Omar Cortés)
          Gildardo Magaña. Emiliano Zapata y el Agrarismo en México. Tomos I a V. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. México, 1a ed. 1937. Edición facsimilar 1985. Tomo III. p. 273-274.

        CARTA DE EMILIANO ZAPATA A WOODROW WILSON PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS


        CARTA DE EMILIANO ZAPATA A WOODROW WILSON
        PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
        Cuartel General en Yautepec
        , Agosto 23, 1914


        Cuartel General en Yautepec, Morelos,
        Agosto 23 de 1914.
        Mr. Woodrow Wilson,
        Presidente de los EE. UU. de América. Washington.

        Estimado señor de mi consideración:
        He visto en la prensa las declaraciones que Ud. ha hecho acerca de la revolución agraria que desde hace cuatro años se viene desarrollando en esta República, y con grata sorpresa me he enterado de que usted, no obstante la distancia, ha comprendido con exactitud las causas y los fines de esa revolución, que ha tomado sobretodo incremento en la región Sur de México, la que más ha tenido que sufrir los despojos y las extorsiones de los grandes terratenientes.
        Esa convicción de que usted simpatiza con el movimiento de emancipación agraria, me induce a explicar a usted hechos y antecedentes que la prensa de la Ciudad de México, consagrada a servir los intereses de los ricos y de los poderosos, se ha empeñado siempre en desfigurar con infames calumnias, para que el resto de la América y el mundo entero nunca pudiesen dar cuenta de la honda significación de ese gran movimiento proletario.
        Empezaré por señalar a usted las causas de la revolución que acaudillo.
        México se encuentra todavía en plena época feudal, o al menos así se encontraba al estallar la revolución de 1910.
        Unos cuantos centenares de grandes propietarios han monopolizado toda la tierra laborable de la República; de año en año han ido acrecentando sus dominios, para lo cual han tenido que despojar a los pueblos de sus ejidos o campos comunales, y a los pequeños propietarios de sus modestas heredades. Hay ciudades en el Estado de Morelos, como la de Cuautla; que carecen hasta de terreno necesario para tirar sus basuras, y con mucha razón, del terreno indispensable para el ensanche de la población.
        I es que los hacendados, de despojo en despojo, hoy con un pretexto, mañana con otro, han ido absorbiendo todas las propiedades que legítimamente pertenecen y desde tiempo inmemorial han pertenecido a los pueblos de indígenas, y de cuyo cultivo éstos últimos sacaban el sustento para sí y para sus familias.
        Para extorsionar en esta forma, los hacendados se han valido de la legislación, que elaborada bajo su sugestión, le ha permitido apoderarse de enormes extensiones de tierras, con el pretexto de que son baldías; es decir, no amparadas por títulos legalmente correctos.
        De esta suerte, ayudados por la complicidad de los tribunales y apelando muchas veces a medios todavía peores, como el de reducir a prisión o consignar al ejército, a los pequeños propietarios a quienes querían despojar, los hacendados se han hecho dueños únicos de toda la extensión del país, y no teniendo ya los indígenas tierras, se han visto obligados a trabajar en las haciendas, por salarios ínfimos y teniendo que soportar el mal trato de los hacendados y de sus mayordomos o capataces, muchos de los cuales, por ser españoles o hijos de españoles, se consideran con derecho a conducirse como en la época de Hernán Cortés; es decir, como si ellos fueran todavía los conquistadores y los amos, y los "peones" simples esclavos, sujetos a la ley brutal de la conquista.
        La posición del hacendado respecto de los peones, es enteramente igual a la que guardaba el señor feudal, el barón o el conde de la Edad Media, respecto de sus siervos y vasallos.
        El Hacendado, en México, dispone a su antojo de la persona de su "peón"; lo reduce a prisión, si gusta; le prohibe que salga de la hacienda, con pretexto de que allí tiene deudas que nunca podrá pagar; y por medio de los jueces, que el hacendado corrompe con su dinero, y de los prefectos o "jefes políticos", que son siempre sus aliados, el gran terrateniente es en realidad, sin ponderación, señor de vidas y haciendas en sus vastos dominios.
        Esta situación insoportable originó la Revolución de 1910 que tendía principal y directamente a destruir ese régimen feudal y a combatir el monopolio de las tierras en manos de unos cuantos.
        Pero por desgracia, Francisco I. Madero pertenecía a una familia rica y poderosa, dueña de grandes extensiones de terreno en el Norte de la República, y como era natural, Madero no tardó en entenderse con los demás hacendados, y en invocar la legislación (esa legislación por los ricos y para favorecer a los ricos) como un pretexto para no cumplir las promesas que había hecho para restituir a sus dueños las tierras robadas y para destruir el aplastante monopolio ejércido por los hacendados, mediante la expropiación de sus fincas por causa de utilidad pública y con la correspondiente indemnización, si la posesión era legítima.
        Madero faltó a sus promesas, y la revolución continuó, principalmente en las comarcas en que más se han acentuado los abusos y los despojos de los hacendados; es decir, en los Estados de Morelos, Guerrero, Michoacán, Puebla, Durango, Chihuahua, Zacatecas, etc., etc.
        Vino después el Cuartelazo de la Ciudadela; o sea el esfuerzo hecho por los antiguos porfiristas y por los elementos conservadores de todos los matices, para adueñarse nuevamente del poder, por que temían que Madero se viera obligado algún día a tener que cumplir sus promesas, y entonces la población campesina entró en justa alarma y la efervescencia revolucionaria cundió con más vigor que nunca, puesto que el cuartelazo, seguido del asesinato de Madero, era un reto, un verdadero desafío a la revolución de 1910.
        Entonces la revolución abarcó toda la extensión de la República, y aleccionada por la experiencia anterior, no espero ya el triunfo para empezar el reparto de tierras y la expropiación de las grandes haciendas. As( ha sucedido en Morelos, en Guerrero en Michoacán, en Puebla, en Tamaulipas, en Nuevo León, en Chihuahua, en Sonora, en Durango, en Zacatecas, en San Luis Potosí; de tal suerte que puede decirse que el pueblo se ha hecho justicia a sí mismo, ya que la legislación no lo favorece y toda vez que la Constitución vigente es más bien un estorbo que una defensa o una garantía para el pueblo trabajador, y sobre todo, para el pueblo campesino.
        Este último ha comprendido que hay que romper los viejos moldes de la legislación, y viendo en el Plan de Ayala la condensación de sus anhelos y la expresión de los principios que deben servir de base a la nueva legislación, ha empezado a poner en práctica dicho plan, como ley suprema y exigida por la justicia, así es como los revolucionarios de toda la República han restituido sus tierras a los pueblos despojados han repartido los monstruosos latifundios y han castigado con la confiscación de sus fincas a los eternos enemigos del pueblo, a los señores feudales, a los caciques, a los cómplices de la dictadura porfiriana y a los autores y complices del Cuartelazo de la Ciudadela.
        Se puede asegurar, por lo mismo, que no abrá paz en México, mientras no se eleve el Plan de Ayala al rango de ley o precepto constitucional, y sea cumplido en todas partes.
        Esto no solo en cuanto a la cuestión social, o sea a la necesidad del reparto agrario, sino tambien en lo referente a la cuestión política, o sea a la manera de designar el Presidente Interino que a de convocar a elecciones y ha de empezar a llevar a la práctica la reforma agraria.
        El país está cansado de imposiciones, no tolera ya que se le impongan amos o jefes; desea tomar parte en la designación de sus mandatarios; y puesto que se trata del gobierno interino que ha de emanar de la revolución y de dar garantías a ésta, es lógico y es justo que sean los genuinos representantes de la Revolución, o sea los jefes del movimiento armado, quienes efectuen el nombramiento de Presidente Interino. Así lo dispone el artículo doce del Plan de Ayala, en contra de los deseos de D. Venustiano Carranza y de sus circulo de políticos ambiciosos, los cuales pretenden que Carranza escale la Presidencia por sorpresa, o mejor dicho, por un golpe de audacia y de imposición:
        Esta convicción de los jefes revolucionarios de todo el país es la única que puede elegir con acierto el Presidente Interino, pues ella cuidará de fijarse en un hombre que por sus antecedentes y sus ideas preste absolutas garantías; mientras que Carranza por ser dueño o accionista de grandes propiedades en los Estados Fronterizos, es una amenaza para el pueblo campesino, pues seguiría la misma política de Madero, con cuyas ideas está perfectamente identificado, con la diferencia única de que Madero era débil, en tanto que Carranza es hombre capaz de ejercer la más tremenda de las dictaduras, con lo que provocaria una formidable revolución, más sangrienta quizá que las anteriores.
        Por lo anterior verá usted que siendo la Revolución del Sur una revolución de ideales, y no de venganza ni de represalias, dicha revolución tiene contraido ante el país y ante el mundo civilizado, el formal compromiso de dar plenas garantías antes y después del triunfo, a las vidas e intereses legítimos de nacionales y extranjeros, y así me complazco en hacerlo a usted presente.
        Esta larga exposición confirmará a usted en su ilustrada opinión respecto del movimiento suriano, y convencerá a usted de que mi personalidad y la de los mios han sido villananente calumniados por la prensa vanal y corrompida de la Ciudad de México.
        Mejor que estos apuntes, ilustrarán a usted las informaciones que se sírvan proporcionarle los señores Dr. Charles Jenkinson y Thomas W. Reilly, amables visitantes de este Estado, a quienes hemos tenido la satisfacción de ofrecer vuestra modesta pero cordial hospitalidad, y por cuyo bondadoso conducto envio a usted estas líneas.
        Por mi parte sé decir a usted que comprendo y aprecio la noble y levantada política que, dentro de los limites del respeto a la soberania de cada entidad, ha tomado usted a su cargo en este hermoso y no siempre feliz Continente Americano.
        Puede usted creer que, mientras esa política respete la autonomía del pueblo mexicano para realizar sus ideales tal [y] como el los entiende y los siente yo seré uno de los muchos simpatizadores con que usted cuenta en esta República hermana, y no por cierto el menos adicto de sus servidores, que le reitera su particular aprecio.
        El General [Emiliano Zapata.]
        .
        Fuente:
          Caja 17, Exp. 3, Fs. 93-97 Documentos Inéditos sobre Emiliano Zapata y el Cuartel General. Seleccionados del Archivo Genovevo de la O, que conserva el Archivo General de la Nación. Comisión para la Conmemoración del Centenario del Natalicio del General Emiliano Zapata. México, Primera edición 1979, p. 109-113.  La selección de documentos fue realizada por Mirta Rosovsky con la colaboración de Guadalupe Tolosa y Laura Espejel, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
        Reyes H., Alfonso. Emiliano Zapata, su vida y su obra. México, 1963. B.I.F.
        Lola Elizabeth Boyd. Emiliano Zapata en las Letras y el
        Folklore Mexicano. 
        Ediciones José Porrúa Turanzas, S.A.
        Madrid, España. Se terminó de imprimir el
        15 de enero de 1979. p. 61-66.

        Tomado del tomo V de Emiliano Zapata y el agrarismo en México,
        por Gildardo Magaña y Carlos Pérez Guerrero. México, Editorial Ruta, 1952.
        Federico Cervantes la incluye en el apéndice de su libro Francisco Villa
        y la Revolución
        . México. Ediciones Alonso, 1960. pp. 739-741.
        Imagen:
        Archivo General de la Nación. Fondo Genovevo de la O, caja 17, exp. 3, fs. 93.
        http://www.agn.gob.mx/revolucion/fichas/1914%20Carta%20de%20Emiliano%20Zapata%20a%20Woodrow,%20Wilson.html





        CARTA DE EMILIANO ZAPATA A GENOVEVO DE LA O SOBRE ATROPELLOS QUE ESTAN COMETIENDO ALGUNOS REVOLUCIONARIOS EN CUERNAVACA


        CARTA DE EMILIANO ZAPATA A GENOVEVO DE LA O
        SOBRE ATROPELLOS QUE ESTAN COMETIENDO
        ALGUNOS REVOLUCIONARIOS EN CUERNAVACA
        Cuartel General en Yautepec
        , Agosto 22, 1914

        EJERCITO LIBERTADOR DE LA REPUBLICA MEXICANA.
        Al C. Gral. Genovevo de la O.
        Su Campamento en Cuernavaca.

        Me refiero a las atentas notas de usted de fechas tres del veintiuno y veintidós del corriente y le manifiesto que: me enteré de la carta que la señora Félix López, me dirije por el apreciable conducto de usted, lo mismo que quedo enterado de los atropellos que están cometiendo algunos revolucionarios en la plaza de Cuernavaca, por lo que usted debe proceder enérgicamente en contra de ellos, remitiéndolos a este Cuartel Gral. a los que cometan atropellos para que se les castigue.
        Quedo enterado de que pensaba usted convocar al pueblo para proceder a verificar las elecciones, pero ya pronto estoy allá para poner orden y acordar lo necesario respecto al restablecimiento de la administración.
        Como digo a usted ya salgo para Cuernavaca, para solucionar el incidente que ha tenido usted por el soldado Balderas, que le fué desarmado, a fín de que el asunto se arregle satisfactoriamente.
        La Revolución del Plan de Ayala, no tiene ligas ningunas con Venustiano Carranza y a este se considera como enemigo de la Revolución en vista de que no ha reconocido nuestra bandera.
        En consecuencia, debe usted tomar una actitud enérgica y proceder inmediatamente a reunir a sus fuerzas para que en el acto marche a recuperar las plazas de Tenancingo y otros lugares que los llamados constitucionalistas, ocuparon sin orden de esta Superioridad y procure vigilar perfectamente toda esa zona del Estado de México, para que por ningún motivo se introduzcan los llamados carrancistas, así como tambien deje usted bien vigilados todos los puntos de la misma zona para el mismo objeto, a reserva de que mañana salgo para ese lugar y entonces hablaremos detenidamente acerca de este asunto, pues deseo que cuanto antes sean reforzados todos aquellos puntos para impedirles el paso a los enemigos de la Revolución.
        Adjunto a usted una carta dirijida al jefe de los constitucionalistas, que se hallan en la plaza de Tenancingo, en la cual se les ordena que desocupen esa plaza, o de lo contrario sacarlos por medio de la fuerza.
        Ya doy aviso al C. Gral. Pacheco, de que usted pasa a esa zona del Estado de México a desempeñar la comisión que menciono a usted.
        I lo comunico a usted para su inteligencia y demás fines.
        Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
        Cuartel General en Yautepec, Morelos
        agosto 22 de 1914.

        El Gral. en Jefe del Ejército Libertador de la República.
        Emiliano Zapata. [Rúbrica.]
        .
        Fuente:
          Caja 11, Exp. 10, F. 75 Documentos Inéditos sobre Emiliano Zapata y el Cuartel General. Seleccionados del Archivo Genovevo de la O, que conserva el Archivo General de la Nación. Comisión para la Conmemoración del Centenario del Natalicio del General Emiliano Zapata. México, Primera edición 1979, p. 108-109.  La selección de documentos fue realizada por Mirta Rosovsky con la colaboración de Guadalupe Tolosa y Laura Espejel, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.